Mi nombre es Lourdes Lucía Llanos Albertus y provengo de Tucumán, una provincia ubicada en el norte de Argentina. Vengo de una familia de clase media tucumana y, como tal, crecí rodeada de ciertos valores y expectativas sociales que en su momento parecían inamovibles. Siguiendo estas expectativas, fui a la universidad y elegí una carrera que luego descubriría que había sido escogida por mandatos inconscientes. Mi vida cambió radicalmente cuando me involucré en una relación tóxica y llena de violencia psicológica. Me sentía atrapada por mandatos familiares y sociales que me hacían creer que debía mantenerme en esa situación, pero todo cambió cuando nació mi hija en agosto de 2017.

En ese momento, mi vida dio un giro de 180 grados. Era una persona profundamente infeliz y me encontraba encerrada en un departamento, viviendo en una especie de letargo emocional. Además, perdí mi trabajo ese mismo año, lo que me obligó a buscar una nueva salida. Fue entonces cuando vi un anuncio que ofrecía trabajo como farmacéutica en el sur de Argentina. A pesar de sentirme insegura, decidí tomar la oportunidad y viajé con mi hija a Río Gallegos, una ciudad que nos resultó bastante gris. Un mes después de llegar, se unió a nosotras mi actual pareja Edgardo, y juntos decidimos buscar un nuevo lugar para establecernos. Fue así que descubrimos una oportunidad laboral en El Calafate, donde hemos estado viviendo hasta el día de hoy.